Aunque no es recomendable generalizar y establecer patrones de comportamiento muy rígidos, tampoco conviene cerrar los ojos ante la realidad. En este sentido, no hay duda de que educar niños difíciles es una seria preocupación para sus padres. Pensando en ellos, rescatamos los mejores consejos desde nuestra experiencia como psicólogos infantiles. Porque, sin duda, contar con el apoyo de un profesional es un avance decisivo.
En cualquier situación, es imposible actuar correctamente si desconocemos el problema al que nos enfrentamos. Educar niños difíciles no es una excepción. Sepamos, pues, primero detectar qué está ocurriendo y la intensidad de la crisis. Aquí la colaboración del psicólogo se hace imprescindible para confirmar lo que nuestra intuición como padres nos sugiere.
Entender qué hay detrás de una conducta difícil
Es verdad que todos tenemos una primera imagen común al pensar en un niño difícil: rabietas incontroladas, desafíos ante la mínima norma de comportamiento, caprichos constantes y la desobediencia como pauta de comportamiento. En general, han sido ya bebés más complicados de lo normal, con rabietas nocturnas continuadas y poca adaptación a los cambios.
Uno de los mayores obstáculos para educar niños difíciles es la imprevisibilidad de sus actuaciones, pasan en cuestión de segundos y sin ningún motivo, de comernos a besos a la actitud más distante o agresiva. Los padres nos sentimos confusos ante estas contradicciones y, a menudo, no tenemos tiempo de reaccionar. Y, curiosamente, este descontrol y sus explosiones de ira son consecuencia de su incapacidad de manejar sus emociones que les desbordan. Al final, lo que están reclamando es nuestra atención, aunque con estrategias erróneas.
La ayuda de los psicólogos para educar niños difíciles
Precisamente porque lo que subyace es un conflicto emocional, el papel del psicólogo infantil es más que necesario. No solo nos proporcionan serenidad y un marco de reflexión a los padres que, una vez más tendemos a culpabilizarnos, sino que nos afianzan en línea de actuación que tenemos que seguir al educar niños difíciles.
Esas recomendaciones van a girar en torno a cuatro ejes básicos:
• No dejar pasar el tiempo, ya sabes que el diagnóstico precoz y la intervención en las primeras etapas es siempre una garantía de éxito en cualquier terapia.
• Marcar pautas estables. Tu hijo necesita un marco de comportamiento claro. Si estableces una norma debes mantenerla y reaccionar inmediatamente siempre que se la salte. Los argumentos y la coherencia son tus mejores aliados.
• Utilizar el refuerzo positivo. Hablamos de niños con poca autoestima y que necesitan imperiosamente que les valoremos. No escatimes en halagos ante sus logros, por insignificantes que parezcan.
• Ayúdale a canalizar sus emociones. Con ayuda del psicólogo, demuéstrale que la ira no es la salida a sus frustraciones, sino la comunicación. Enséñale técnicas sencillas de relajación para manejar sus arrebatos.
Afortunadamente, cada vez somos más conscientes de los beneficios que un psicólogo nos aporta para educar niños difíciles y otros obstáculos que afrontamos como padres. No hay problemas conductuales que no se puedan mejorar si se cuenta con las herramientas adecuadas. En Cedsi apostamos por la personalización de las terapias y por el trabajo cercano con las familias. ¡Los resultados nos demuestran que es el camino acertado!
Esperamos que te haya servido de ayuda este artículo sobre pautas para educar a niños dificiles y los beneficios del psicólogo.
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