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Es una de las grandes lacras de las sociedades modernas, que empieza a afectar seriamente a nuestros niños. Hablamos de la depresión infantil y cómo tratarla. Con estos 4 consejos a seguir es posible detectarla a tiempo y combatirla.

De hecho, según la OMS es un problema que ya sufre cerca de un 5% de la población infantil mundial. Pero, la depresión infantil es grave más allá de lo que suponen sus cifras, porque los niños son especialmente vulnerables, tienen aún menos instrumentos y capacidades para superarla que los adultos.

Diagnóstico y tratamiento de la depresión infantil

Si ya es complicado que una persona identifique y asuma que su estado de profunda tristeza y desánimo es una depresión, imagina el desconcierto que sufre un niño. Es más que probable que ni siquiera sea capaz de describir con palabras lo que le está pasando.

Te recordamos que una de las claves para detectar una posible depresión infantil es la persistencia de sus síntomas. Una de las señales de alerta es la queja continuada de un dolor de cabeza o barriga, cuando se ha descartado una enfermedad. Simultáneamente, el niño se aísla y tiene cambios radicales de humor, con una acentuada tendencia a mostrarse triste, sin energía y aburrido.

¿Cómo podemos actuar los padres?

Como padres disponemos del mejor antídoto contra la depresión infantil, nuestro amor incondicional. Así que, para empezar, el mejor consejo que podemos darte los terapeutas es que le demuestres constantemente cuánto le quieres y cómo puede contar siempre contigo. Además, estos consejos más prácticos pueden ayudarte:

1. Refuerza su seguridad. Uno de los síntomas que se asocia más directamente con la depresión infantil es la falta de autoestima y el exceso de autocrítica. Tu papel es recordarle todo lo que hace bien, rebatirle con argumentos sus pensamientos negativos y mostrarle una visión más positiva de la realidad.

2. Combate su culpabilidad. Los niños depresivos tienden a sentirse responsables cuando algo no funciona o sale mal. Esfuérzate en hacerle entender que hay situaciones que escapan de nuestro alcance, que ni siquiera los adultos tenemos el control sobre todo lo que ocurre.

3. Crea un entorno estable. La infancia es una etapa de la vida especialmente sensible a los cambios. Un asunto que se agrava en el caso de la depresión infantil. Intenta mantener una rutina en el ámbito familiar y anticiparle con tiempo los cambios para rebajar su inseguridad.

4. Toma medidas para evitar los problemas de alimentación y sueño que suelen ir ligados a este trastorno. Ya lo irás rectificando progresivamente cuando tu hijo o hija mejore, pero al principio es importante que le estimules para que le apetezca comer, preparando sus platos preferidos y generando un entorno agradable en la mesa. ¡Nada de obligarle a comer! Haz lo mismo con la hora de irse a la cama, compartiendo actividades relajantes y despidiendo el día siempre con una idea positiva.

No le restes importancia a los signos de apatía y desinterés que percibas en tu hijo. Como especialistas en psicología infantil, en Cedsi te ofrecemos la orientación que necesites sobre la sintomatología que presente tu hijo/a , asi como el tratamiento más adecuado si su diagnóstico es depresión infantil. Es importante actuar y ofrecer al menor toda nuestra ayuda.

Esperamos que te haya servido de ayuda este artículo sobre depresión infantil.

Si necesitas la ayuda de un profesional en la materia o deseas realizar una consulta psicológica, puedes escribirnos en nuestro apartado de contacto y rellenar el formulario. Estaremos encantados de poder ayudarte.

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